«El mayor fracaso en la vida, es no haberlo intentado todo»

Mi primer contacto serio con el mundo de la fotografía data del año 1994 cuando, con sólo once años, asistí a una novedosa actividad extraescolar sobre este arte. Pasaba unas tres horas a la semana entre los químicos, los papeles y los carretes de aquel cuarto oscuro y fue ahí cuando germinó en mí la pasión por la fotografía. Por desgracia y por falta de tiempo, después de dos años revelando, dejé este hobby aparcado a un lado. Por aquella época prioricé los estudios, la guitarra y con 15 años empecé a trabajar los fines de semana.

Más adelante, un día cualquiera, ojeando un viejo álbum familiar, afloró en mi interior otra vez la necesidad de hacer fotos, de capturar momentos. No obstante, el coste de los revelados y, nuevamente, la falta de tiempo, hicieron que esta afición quedase relegada a sacar fotos familiares de vez en cuando, utilizando como recurso una clásica Olympus “de andar por casa”.

Tras el cambio de siglo, ya en el año 2002 y mientras hacía un curso de mantenimiento y reparación de ordenadores y redes en Vigo, contemplé casi por casualidad en un escaparate de un comercio lo que sería mi primera cámara digital. Unos 1,3 Megapíxeles y 16 Mb de memoria interna que se traducen en una cámara súper sencilla que todavía hoy conservo como recuerdo. Puede que actualmente no sirva para nada y se haya quedado obsoleta, pero en su momento me permitió captar instantáneas para visualizarlas y conservarlas en el ordenador sin gastos de revelado. Dos años después (2004) adquirí mi primera cámara compacta con zoom óptico, en la que podía ver el resultado de mis fotos en la pantalla de la propia cámara, lo cual fue un gran avance. Parafraseando a Neil Armstrong, “un pequeño paso para el hombre, un gran salto para mí”.

Un lustro a posteriori, allá por el 2009, llegó mi primera cámara Réflex Digital con un par de objetivos de kit. En ese mismo año y debido a un accidente de tráfico que me ha impedido moverme con normalidad, empecé a estudiar fotografía de forma completamente autodidacta entre doctores, consultas, dolores y rehabilitación. A raíz de eso, me he enganchado a la fotografía como si de una droga se tratase. A medida que las lesiones se iban estabilizando, comencé una andadura casi obsesiva de formación mediante clases, workshops en diferentes partes de España, cursos profesionales de distintas disciplinas… Asimismo, comencé a estudiar obras de otros fotógrafos, a ver cuadros y a trabajar factores como la edición y la iluminación. De hecho, mi obsesión era, es y será siempre ésa: LA LUZ. Es de este modo cómo, y casi sin darme cuenta, me fui centrando en la fotografía de personas y de producto, prestando especial interés en el retrato y el desnudo artístico, que es lo que verdaderamente me apasiona y lo que más hago en la actualidad. También he dado algunos cursos de fotografía e iluminación a asociaciones y colectivos que me parecen interesantes y he sido jurado en algunos concursos. Hago colaboraciones con artistas, asociaciones sin ánimo de lucro, agrupaciones y/o asociaciones que luchan por causas concretas, así como cualquier proyecto significativo que me ayude a crecer como persona.

Como digo desde hace tiempo, hago fotografía por pasión, como medio de expresión y siempre y cuando la salud me lo permite.

Adelante, Bienvenid@ a mi Web.